Diario de una Universitaria.

A día de hoy, sé que las pelusas se crean y se mantienen por fuerzas electrostáticas entre las partículas de polvo. Pero ¿cómo una pelusa de una esquina consigue acercarse a la pelusa de la otra esquina y mutar en una pelusa aún más grande? Y no puede ser a causa de las corrientes de aire, porque normalmente las tengo vigiladas…

(Cosas que se te ocurre pensar cuando tienes que estudiar física…).

De mayor quiero ser como ella…

Hoy traigo un bichito que se ha hecho un hueco en mi panteón de dioses y en mi corazón. No me explico como puede existir algo tan maravilloso y que los estúpidos humanos sigamos sin evolucionar ni una pizca, la verdad.

Os presento a Elysia chlorotica ^^. No, no es una hoja, es una babosa marina hiper simpática. Se alimenta de algas, pero no exclusivamente, porque es capaz de incorporar los genes de las algas que consume en su propio ADN para fabricar sus propios cloroplastos (esa cosa que está llena de esa otra cosa que hace que las plantas sean de color verde y que no necesiten hacer uso de la locomoción para alimentarse). A mi entender, es el siguiente gran paso en la escala evolutiva, lo más útil visto en el mundo animal desde los pulgares.

Y de regalo Turritopsis nutricula, el cnidario (medusa) que acabó con McLeod n_____n:

El quinto sabor.

Siempre me habían dicho que las papilas gustativas de la lengua humana sólo pueden distinguir cuatro sabores: ácido, amargo, dulce y salado. Pues resulta que hay uno más, el conocido como umami. Su nombre significa en japonés algo así como sabroso o delicioso, y fue descubierto por Kikunae Ikeda, científico japonés. El caso es que es el ácido glutámico, un saborizante presente sobretodo en la comida china y japonesa (salsa de soja, por ejemplo) y en el jamón serrano (que resulta que hace más de 50 añazos que dejó de ser «natural» y, para variar está super tratado con diversos y mágicos productos químicos), además de en algunos quesos.

En términos «bromatológicos», este potenciador del sabor es el E621, y lo produce un alegre bichito llamado Corynebacterium glutamicum, primo hermano (si se puede hablar de semejante parentesco en el mundo de las bacterias) de Diphteriae. Normalmente, son microorganismos de esta cepa ligeramente mutados para aumentar la producción y, entre otras cosas, también fabrica cantidades ingentes de lisina, uno de los aminoácidos esenciales (que luego mágicamente se transforma en pastillas para vegetarianos…). No sé qué sería del mundo sin las bacterias, en serio.